lunes, 7 de noviembre de 2011

REDES SOCIALES: PELIGRO

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4 adicciones a las redes sociales

Estos sitios de Internet pueden convertirse en extensiones del ser humano, dicen expertos del IIPCS; la gente mide su popularidad a partir de cuántos amigos lo siguen o cuántos mensajes recibe.


Las adicciones atribuidas a Internet pueden clasificarse en sexuales, adicción a las descargas, compras o relaciones. (Foto: Jupiter Images) Las adicciones atribuidas a Internet pueden clasificarse en sexuales, adicción a las descargas, compras o relaciones. 

 CIUDAD DE MÉXICO — En el mundo existen más de mil millones de usuarios de redes sociales, principalmente en sitios como You Tube, Facebook y Twitter. En México no se tienen datos exactos, sin embargo, un estimado a nivel América Latina indica que cerca del 30% de la población ha empleado una red social. 
Hay que subrayar, en términos generales, que las redes sociales son benéficas desde el punto de vista de la comunicación humana e incluso su buen uso puede capitalizar las oportunidades de negocio en empresas. Nadie duda de su utilidad, sin embargo, por su propia naturaleza, esta herramienta puede agudizar el sedentarismo y en ciertos casos contribuye a aislar a las personas en una realidad extremadamente virtual. Dicho de otra manera, se olvidan del mundo de carne y hueso.
En la actualidad en el IIPCS hemos detectado a muchos fanáticos de la red social están extendiendo su uso a "su esquema corporal", sobre todo en adolescentes. Por citar un ejemplo, uno de los máximos logros es coleccionar  "Felicitaciones de Cumpleaños" en su muro, o bien, dar demasiada importancia en su decoración, sin olvidar la importancia que tienen las fotografías, porque ellos perciben que la red social ya forma parte de su propia imagen, es decir, es una extensión de su personalidad. Es como si la red, fueran ellos mismos, así que se tiene la fantasía errónea de estar siempre presentes aun estén ausentes.
Y esto puede agudizarse en una sociedad tan particular como la mexicana, en la cual, por distintas razones vivimos cada vez más aislados (la crisis económica, el fenómeno de la delincuencia generalizada, el narcotráfico y las cargas laborales tan pesadas). Es decir, vivimos un momento extremadamente complicado, que nos sumerge en nuestro empleo y en nuestra casa. En términos generales, socializamos poco, la vida nocturna y/o social se pone en la agenda de los pendientes, por lo que, muchos terminan por refugiarse en el mundo virtual, tal como lo dice Giovanni Sartori, ahora el Homo Sapiens, se transforma en Homo Videns, o dicho de otra forma, estamos generando sociedades pasivas y altamente deprimidas, que sólo es estimulada vía las imágenes.  
La adicción a Internet 
La adicción a Internet, y a todas las herramientas de comunicación que ofrece, puede tener una semejanza a otro tipo de adicciones, como la ludopatía (adicción al juego), al trabajo (workaholic) o al alcoholismo: Hablamos de un uso patológico, que presenta síntomas muy claros: una ansiedad compulsiva por estar siempre conectado a la red social, sea vía Internet o mediante el uso de dispositivos inalámbricos.
Los síntomas más frecuentes son en primer término, la pérdida de relaciones interpersonales, tanto laborales, amistosas como amorosas, cambios de humor,  empleo compulsivo del medio, privación del sueño (el ciber adicto prefiere no dormir con tal de estar conectado), en incluso problemas físicos derivados por problemas de la espalda o la vista cansada.  En otras palabras, cuando el uso compulsivo de las redes usadas interfiere de manera directa con nuestras relaciones persona a persona se vuelve patológico." Se cambian las personas por las computadoras, rompiendo la expresión vínculos y afectos emocionales.
Las adicciones atribuidas a Internet pueden clasificarse de la siguiente manera:
  • Sexual. La compulsión por bajar fotos y videos de sitios Web pornográficos o redes sociales alusivas al tema. También relacionarse virtualmente con otras personas, cuyo fin es intercambiar experiencias sexuales empleando el chat o la Web cam.
  • Relaciones. Es la compulsión por estar siempre conectado en la red social. Implica ser un coleccionista de amigos y dedicar mucho tiempo a la decoración del muro o perfil. "En este sentido hemos visto casos de personas que están más de 18 horas conectadas y al pendiente de su red social", explicó Caudillo.
  • Compras. Hace alusión a los sitios de juegos o apuestas y compras. "Este tipo de adicto puede literalmente vaciar su tarjeta de crédito en sitios tipo iTunes, o bien pasar horas en sitios como casinos virtuales", manifestó.
  • Adicción a las descargas. Es la búsqueda compulsiva de información de todo tipo y de productos, principalmente software libre o shareware e incluso, a decir de Caudillo, tratar de bajar información confidencial de ciertos sitios Web. "Es el principio del hacker."
Perfil de los adictos
El perfil de los usuarios adictos a las redes sociales en México es principalmente de hombres y mujeres jóvenes, con un nivel educativo de licenciatura, habilidosos en las uso de las Tecnologías de Información, pero con rasgos de personalidad tímida, retraída y depresiva, por lo que encuentra en el Internet el medio ideal para liberar su ansiedad. Así, con la red social ganan mayor confianza dado el relativo anonimato que proporciona el Web.  En Internet todo es posible, se da una fantasía de omnipotencia que deja sin límites la personalidad del adicto.
Vale la pena decir que la adicción a la red social es solamente el efecto, porque el origen proviene de una serie de trastornos psicológicos que se han acumulado a lo largo de la vida. Sin embargo, en el IIPCS hemos detectado un incremento notable en este tipo de padecimientos, sobre todo en la población de adolescentes y de adultos de 22 a 30 años de edad. 
Para las personas que presenten este tipo de adicciones está disponible la clínica de Acompañamiento Psicológico del IIPCS, la cual está destinada para personas de todos los estratos socioeconómicos. Para mayores informes visite www.iipcs.edu.mx

Redes sociales: QUE NOS APORTAN? CUALES SON SUS RIESGOS?

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Redes sociales, ¿adicción o habito pasajero?

Redes sociales, ¿adicción o habito pasajero?

Son una útil herramienta de comunicación y educación, pero su mal uso o abuso pueden llevar al aislamiento

Texto: Juan José Morales Sábado, 5 de Noviembre de 2011
Una de las principales características del mundo moderno es el fácil e inmediato acceso a la información.
Esta ventaja contrasta con la sed tecnológica de los jóvenes y el asombro en los adultos al encontrarse en las redes sociales un mundo que jamás imaginaron.
Pero esta dependencia, atrayente y seductora, está conllevando a que el ser humano modifique sus relaciones interpersonales tradicionales por otras que se reducen a 140 caracteres o a una simple actualización de estatus.
La imagen se puede ver muchas partes de la calle y hasta en la intimidad familiar.
Hombres y mujeres, casi programados, sin despegar la vista de un pequeño aparato que con un simple "beep" traslada a otro mundo a su propietario.
En esta pantalla azul "todo" está a un touch de distancia. "¿Qué estás pensando?", dice. Y a partir de ahí todo tiene respuestas interminables. Fotos, videos, enlaces, aplicaciones y más. ¿El límite? Inexistente, en teoría.
No obstante, en términos generales las redes sociales son benéficas desde el punto de vista de la comunicación humana.
¿Acercamiento o aislamiento?
Por su naturaleza, esta herramienta agudiza el sedentarismo y contribuye a aislar a las personas en una realidad demasiado virtual que impide la ejecución de prácticas sociales como el deporte, la conversación cara a cara y la formación académica, por mencionar algunas.
Para la psicóloga Guadalupe Martínez, muchas personas ya experimentan casos de pérdida de las herramientas de interacción social como el lenguaje y la expresión artística, sobre todo en adolescentes o en parejas de esposos jóvenes que crecieron con un patrón de conducta más apegado al consumo tecnológico que al contacto real.
"La comunicación oral, por mencionar un caso, está muy deteriorada, hoy se tiene facilidad y capacidad expresiva a través de Internet, pero cuando es cara a cara se ven limitantes, inseguridades y hasta miedos", analizó.
Bajo esta perspectiva, Martínez cree que se puede idealizar una red social, porque se genera una dependencia afectiva que conlleva una idealización del servicio por la inmediatez que ofrece.
"Facebook y Twitter nunca nos confrontan, nos obedecen tal y como lo deseamos, el abuso va en detrimento del encuentro afectivo con los otros o hasta con nosotros mismos porque cuando alguien no se conoce lo suficiente cree encontrar en Internet una extraña sensación de reconocimiento", apuntó.
Dicho esto, la especialista valora la sociedad actual como "muy demandante" en tiempo, sobre todo en entornos donde se exigen resultados inmediatos. Por ende, no se puede esperar para "vaciar" ideas o resultados, y es aquí donde la web 2.0 se convierte en la mejor y quizá única opción en un esquema de movilidad e interconectividad.
"Antes esperar era parte de la rutina, hoy para el mundo laboral eso es imposible, he ahí la ansiedad, los aparatos y las redes sociales están pensados en aumentar la eficiencia del individuo y al alcanzar ese estado ideal comienza el estrés y otras manifestaciones de comportamiento", explicó Martínez.
Memoria en riesgo
En un pasado no muy lejano era frecuente someter al cerebro al ejercicio de respaldar números de teléfono, fechas importantes o cantidades monetarias. Hoy, esa práctica es anacrónica y depender de un iPhone, Smartphone o tableta para realizar y recordar estas tareas puede llevar a lo que, desde un punto de vista antropológico, se le denomina "desmemorización del cerebro".
Según algunos estudios, la reserva cerebral cognitiva se debe de capacitar todos los días para no ser empobrecida y no tener, a futuro, una memoria frágil y fragmentada.
Eso, con las redes sociales, se ve minimizado porque estas plataformas "centralizan la información" y la ponen al servicio de los intereses de cada uno de los usuarios, dependiendo del estilo de vida y la capacidad de consumo electrónico que posee.
"El grado en que afecta o no a la memoria puede variar, dependiendo del individuo, pero es evidente que genera ciertas secuelas porque el esfuerzo es mínimo; alguien que ha cultivado bien la capacidad retentiva no la pierde tan fácil como un joven sobreexpuesto a estos dispositivos o portales", reflexionó Martínez.
Muchos expertos coinciden en indicar en que un aspecto positivo del consumo digital es que se está frente a una puerta infinita de información, y que se está generando cierta "omnipresencia digital" y toda una serie de habilidades que antes eran impensables para aprovechar al máximo el potencial de Internet.
Vidas paralelas
Carlos Molina, catedrático del Departamento de Filosofía de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), considera que en la sociedad contemporánea los valores de brevedad y simultaneidad que ofrecen las redes sociales se aplican también en la vida cotidiana, por lo que aconseja a los usuarios de las diferentes herramientas de interacción cibernética "inteligencia y habilidad" para poder dominar la tecnología.
"Facebook, Twitter, y todos estos servicios son como una ilusión de socialización que modifica las relaciones, el lenguaje y la comunicación nos sirve para decir cosas importantes, expresar deseos, emociones, sentimientos, y eso, ahí, es muy difícil en toda su dimensión", acotó el académico.
En este sentido, Molina ve varios condicionantes que favorecen el sometimiento hacia muchos elementos informáticos.
Uno de ellos es la carencia de modelos de éxito y de actitudes hacia el entorno, en específicos aquellos en los que se desenvuelve el individuo tanto a nivel personal, laboral y familiar.
"La tecnología compensa a la perfección los vacíos emocionales o referenciales de las personas, hay que buscar algo que incite ir más allá que la simple información aislada para poder tener un contacto directo y cercano con la gente", determinó.
Sin embargo, el catedrático universitario advirtió que la tecnología tiene muchos elementos positivos, sobre todo para la educación, pero es tarea de los padres de familia "orientar" a sus niños para aprovechar al máximo sus ventajas.
"No hay que tenerle fobia a la red, todos estos inventos hay que vivirlos y la mejor recomendación para los tutores de los niños es que ellos experimenten sus ventajas y desventajas para que puedan sacarle el mayor provecho posible", finalizó Molina.

Adictos a las redes sociales

Si usted utiliza habitualmente los transportes públicos se habrá percatado de que cada vez hay más gente consultando el móvil en el metro, o ¡incluso mientras camina por el andén! Una consecuencia de la proliferación de smartphones (teléfonos inteligentes) y de su uso y abuso es un aumento de las consultas a centros médicos para tratar la adicción a estos aparatos, que de hecho son auténticos ordenadores de bolsillo. Para los especialistas, uno de los inconvenientes que tienen estas nuevas dependencias es la dificultad de detectarlas. No afectan a la economía doméstica ni arruinan al adicto, por lo que el problema puede pasar desapercibido. Sin embargo, acaba afectando el día a día y las relaciones personales.

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En la unidad de juego patológico del Hospital de Bellvitge se observa con expectación este nuevo fenómeno que cada día se hace más palpable. En la actualidad el porcentaje de personas que acuden para tratar su adicción a las nuevas tecnologías oscila entre el 9% y el 12% del total. En este campo entran videojuegos, móviles, internet... Pero la cuota de adictos a internet va creciendo progresivamente y ya está en un 2%. «Hace años que se empezó a notar, pero en los últimos tres el crecimiento es más acelerado, aunque todavía es pronto para sacar conclusiones», asegura Juan José Santamaría, psicólogo investigador de Bellvitge.
Contrariamente a lo que se pueda creer, no se trata de un problema que esté encontrando acomodo en la adolescencia, sino que se centra en una horquilla alrededor de la treintena. «Se suele iniciar sobre los 25, aunque la media de edad del paciente afectado es de 30 años», explica Santamaría. Eso no significa que gente de otras franjas de edad pueda sentirse a salvo: «Hemos tenido algún caso de 40 años, aunque no es lo habitual». El 80% son hombres. «En parte porque tendemos a ser más impulsivos, pero también porque hay una cierta estigmatización social de la mujer que sufre esta adicción, por lo que ni siquiera acude a la consulta», razona el especialista.
CIFRAS EN AUMENTO / Y en los próximos años irá a más la cosa, puesto que el uso del smartphone se está generalizando. Según un estudio de Nielsen sobre hábitos de consumo, España es el segundo país del mundo con mayor aceptación de los smartphones en la franja de edad de los 15 a los 24 años, con un 38%, por delante de países como Alemania (28%) o EEUU (33%) y solo superado por Italia, donde un 47% de los terminales de los usuarios de esas edades son teléfonos inteligentes. Más datos: el 80% de los jóvenes entre 15 y 35 años acceden cada día a una red social como mínimo. Esa cuota aumenta hasta el 93% entre los 15 y los 18.
Ante el alarmismo que suele generar un tema como este al salir en los medios, los especialistas dejan claro que el problema no está en la red social o en internet, sino en la mente del usuario: «De la misma forma que todo el mundo consume alcohol y solo afecta a unos pocos, sucede también con las redes sociales», apunta José Fernández, terapeuta de la entidad Atención e Investigación de Socioadicciones (AIS). Y también insisten en la fragilidad de las informaciones que salen publicadas, ya que aunque todas apuntan a una tendencia al alza, no tienen todavía respaldo científico, puesto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) aún no ha reconocido la adicción a las nuevas tecnologías como una enfermedad. «Todo son datos subjetivos, o bien estudios de investigación sin carácter oficial», comenta Fernández, aunque cree que «es cuestión de tiempo que se reconozcan los síntomas que produce: ansiedad, depresión, falta de sueño».
Donde ya se puede constatar un abuso de las redes sociales es en el ámbito del trabajo. Son numerosas las sentencias judiciales que tratan esta nueva fuente de conflictividad laboral. Es lo que se conoce como absentismo presencial. El trabajador está en su puesto, pero sin realizar las tareas para las que ha sido contratado. Aquí chocan dos derechos: el de la empresa a controlar ordenadores que son de su propiedad y el del empleado a la intimidad.
Como indica Yaiza Cabedo, responsable del área de formación del bufete Conesa Asociados, especializado en derecho laboral, «el hecho de tratarse de un problema nuevo ha provocado en algunos casos sentencias aparentemente contradictorias, pero que han ido perfilando unas pautas de actuación». El criterio general seguido a día de hoy es que la empresa no puede acceder a los rastros de navegación, puesto que forman parte de la esfera privada del empleado, aunque como añade Cabedo «ello no significa que no se reconozca el perjuicio que está causando a la empresa navegando en horas de trabajo».
Ante este panorama muchas empresas optan por restringir el acceso a cierto tipo de páginas. Son aquellas «con una estructura jerarquizada, donde lo importante es el tiempo que se pasa en la oficina», según César Castel, director de operaciones de Adecco Professional. En contraposición a estas existen otras, de tamaño medio, «que trabajan más orientadas a resultados y que depositan mayor confianza y libertad en el trabajador». Para Castel, el absentismo presencial tiene un trasfondo de falta de motivación, más que de adicción a las redes sociales: «Si no puede acceder a la red, el que no quiere trabajar hará sudokus o se pasará media hora al teléfono».

Adictos a las redes sociales

Adictos a las redes sociales

Los niveles que ha alcanzado la adicción a las redes sociales en el mundo fueron motivo de un foro de expertos reunidos en Davos, Suiza, en el marco del cónclave anual del Foro Económico Mundial. En esta nota te presentamos los principales problemas que se señalaron allí, y las posibles soluciones que se propusieron.


En 2009, se reportó un incremento de 82% en el tiempo destinado al uso de redes sociales tales como Facebook, MySpace y Twitter
Tan sólo en 2009 se reportó un incremento de 82% en el tiempo destinado al uso de redes sociales tales como Facebook, MySpace y Twitter, hecho que disparó alerta por los efectos nocivos que estas redes sociales ocasionan en los seres humanos.

El panel, moderado por Loic Le Meur, fundador y director general de la compañía Seesmic, incluyó además a personalidades como Marissa Mayer, vicepresidenta de Google; Reid Hoffman, fundador y directivo de Linkedin; Diarmuid Martin, arzobispo de Dublín, entre muchos otros.

Además de la adicción y las distracciones que causan en los centros de trabajo, las redes sociales tienen un impacto negativo en las habilidades cognitivas y en la salud de los individuos, y representan graves riesgos para la seguridad de los datos privados de las personas, reconoció el grupo de especialistas reunidos en Davos.

Agregaron que la excesiva exposición a estos medios ha generado, irónicamente, personas más antisociales, por lo que es común que los usuarios extremos eviten la interacción cara a cara o la afronten de manera incómoda.

Entre otros aspectos negativos se señalaron en el foro la enorme cantidad de tiempo que se desperdicia al estar pendiente de la actividad online de los amigos; la amplificación del cyber-bulling entre compañeros, y cómo la interacción rápida y escueta sustituye cada vez más a la argumentativa y sustancial.

Por su parte, el director del Departamento de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Iberoamericana Tijuana (Ibero), Salvador Olvera destacó que los jóvenes empiezan a tener un total desapego de sus familias por dedicar la mayor parte del día a las redes sociales.

Algunas de las señales a las que los padres deben poner atención y que pueden hablar de que ya hay una adicción a Internet y a las redes sociales son: los jóvenes empiezan a dejar de hacer sus trabajos escolares, se ponen ansiosos si pasan muchas horas alejados de la computadora o presentan desvelo, fatiga y cansancio por su uso.

Las soluciones

Los expertos reunidos en el Foro Económico Mundial enlistaron una serie de medidas para paliar este problema que va en aumento.

Coincidieron en la necesidad de que en los centros educativos se enseñen los pros y contras del uso de las redes sociales en Internet, así como la creación de grupos de apoyo para personas que reconozcan conductas patológicas derivadas del uso constante de sitios como Facebook, MySpace y Twitter.

De igual forma se mencionó la posibilidad de crear herramientas para deshabilitar la conectividad a la red por periodos de tiempo predeterminados para, eventualmente, ayudar a combatir la adicción a las redes sociales.

Pese a esto, los renombrados panelistas aseguraron que, en una perspectiva más general, las redes sociales son el "bien social" de Internet, y que con el paso del tiempo surgirá una especie de Darwinisimo que guiará a este nuevo fenómeno hacía un equilibrio.

También se subrayó que como parte de la solución a este problema, se debe trabajar con los padres de familia, ya que muchos de ellos también como parte de sus trabajos o sus relaciones personales interactúan demasiado a través de las computadoras.

Las redes sociales, la nueva adicción a Internet.

http://tecnologyc.com/la-adiccion-a-las-redes-sociales/

ESTUDIOS SOBRE LOS ADICCTOS A LAS REDES SOCIALES